LA INTERVENCIÓN EN CULTURA. PRINCIPIOS QUE DEBEN REGIR LAS POLÍTICAS PÚBLICAS.

En esta comunicación vamos a analizar cuáles son los principios que deberían regir las políticas culturales públicas en tanto que estas utilizan dinero de todos los ciudadanos para desarrollarse.
En muchas ocasiones se trabaja desarrollando proyectos y programas con éxito pero no se reflexiona suficientemente sobre qué principios guían estas acciones.


      ¿Hay unos principios universales de la acción pública en cultura? Desde nuestro punto de vista, hay unos principios que hay que debatir y analizar y que se deben basar en aquellas normas y derechos que hemos consensuado socialmente tanto a nivel autonómico, estatal, europeo, e incluso a nivel internacional a través de la UNESCO, como agencia de la ONU.

La comunicación está estructurada en tres apartados:

  • ·         La acción pública en el ámbito de la cultura:
Fernández (1991) nos dice que la política cultural es el “conjunto estructurado de intervenciones conscientes de uno o más organismos públicos en la vida cultura” y la UNESCO afirma que es el “conjunto de prácticas sociales conscientes y deliberadas, de intervenciones o ausencia de intervenciones que tiene como objetivo satisfacer ciertas necesidades culturales mediante la utilización óptima de todos los recursos materiales y humanos de los que dispone una sociedad en ese momento”

      La definición de Fernández tiene dos carencias importantes : hablar de vida cultural es un concepto demasiado ambiguo y política se hace tanto por acción como por omisión, de hechos en política cultural cuando se quiere actuar en favor de corrientes o manifestaciones culturales mayoritarias lo que se hace es no intervenir. Se deja que sea simplemente el mercado e que actúe.

    En lo concerniente a la definición que hace la UNESCO, entendemos el de necesidades culturales.  ¿Hay necesidades culturales? Está claro que hay unas necesidades sociales mínimas pero no está tan claro que haya y se puedan concretar unas necesidades culturales.

    La política cultural es el conjunto estructurado de acciones y prácticas sociales conscientes y deliberadas (o ausencia de ellas) de los organismos públicos, (pero también de otros agentes sociales y culturales) en la cultura, entendida básicamente y de manera restringida como sector de actividades culturales y artísticas, pero también de manera indirecta y extensa como universo simbólico compartido por la comunidad.
Hay que resaltar que la política se hace tanto por acción como por omisión, que política cultural hacen los organismos públicos, pero también la sociedad civil, y toda política cultural, el tanto que actúa sobre contenidos simbólicos actúa sobre la cultura, entendida desde la antropología como aquel universo simbólico, costumbres, maneras de hacer y de pensar que comparte una comunidad o grupo humano.
La sociedad demanda más inversión en cultura, e incluso aquellos ciudadanos que no asisten habitualmente a actividades culturales consideran que es bueno que las instituciones públicas dediquen más recursos a cultura, que eso enriquece y hace más “culta” nuestra sociedad. Las razones de tipo económico, no hay que olvidar que mueven mucho dinero y generan empleo. Son también un motor de otros sectores económicos, especialmente del turismo.
Hay una frase de Charles Darwin, el autor de la teoría de la evolución, que da una razón aún más potente: “Si pudiese regresar a vivir mi vida, me impondría la norma de leer poesía y de escuchar música como mínimo una vez a la semana. Así, quizá las partes de mi cerebro que ahora están atrofiadas habrían permanecido activas gracias al uso. La pérdida de estos gustos es la pérdida de la felicidad y puede ser perjudicial para el intelecto, o más probablemente, al carácter moral, ya que debilita las partes emocionales de nuestra naturaleza”.

  Hoy en día se habla mucho de la inteligencia múltiple, la sensibilidad que nos proporciona el contacto con diferentes formas de expresarse que tiene el ser humano contribuye de manera importante a desarrollar diferentes aspectos de esta inteligencia. Y no todos los ciudadanos tienen las puertas abiertas de la mima manera a determinadas actividades culturales.
Actuar con la finalidad de promover el acceso y la participación a las actividades culturales por parte de todos los ciudadanos tiene unos efectos de compensación educativa y social a largo plazo más grandes posiblemente de los que puede lograr el sistema educativo. Seguramente esta afirmación es excesivamente atrevida, pero una de las razones por la que el sistema educativo está en crisis es porque ofrece un modelo cultural acotado muy lejano para muchas capas de la sociedad. 



¡¡PARTICIPACIÓN ACTIVA!!

  • ·         Ideas fuerza de la política cultural:
Podemos buscar el origen de las políticas culturales en la monarquía ilustrada y en las actuaciones del Estado durante el siglo XIX y principios del XX.
En el contexto de la posguerra se comenzaron a desarrollar políticas que garantizaran la cohesión social. Se comenzó a hablar de Estado del Bienestar y de la obligación de éste de garantizar unos mínimos a los ciudadanos en cuanto a prestaciones sanitarias, asistencia social, educación, prestaciones económicas de paro y de jubilación, etc. En este contexto nace el concepto de democratización de la cultura como la idea de facilitar el acceso a la cultura.

   A finales de los años 60 y en el contexto de las convulsiones producidas por la aparición de nuevos productos culturales cono el rock o el cómic. Las ideas puestas a debate en mayo del 68, la reclamación de participación de los jóvenes, aparece el concepto de democracia cultural. Un concepto que pone énfasis no en el acceso sino en la participación activa en al cultural de todos los ciudadanos y ciudadanas.
En el Informe final de la Conferencia Regional de la UNESCO de Heisinki (1972) se dice “se trata menos de ampliar el acceso a un tipo de cultura ofrecido por grupos privilegiados que de promover una diversidad de expansión fundad en el pluralismo social y permitir a la mayoría una participación directa y activa en vida cultural. En una época en la que numero cada vez mayor de jóvenes rechaza una cultura establecida en la que no reconocen ni el objeto ni la fuente de sus aspiraciones, la cultura debe ser más que nunca el fruto de la libertad. No sólo no debe estar al servicio de propaganda política, sino que es preciso que, en bien de todos, se nutra de todas las corrientes del pensamiento”.

    Alrededor del concepto de democracia cultural nace la animación sociocultural como un modelo de acción que tiene como finalidad estimular la iniciativa y la participación de las comunidades en el proceso de su propio desarrollo. Se hace presente en la Constitución Española de 1978 en el artículo 44.1 que dice “los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho”, como en la Declaración Universal de los Derechos Humanos se recogen ideas de democracia cultura… La idea de la democracia hace que se empiece a pensar en políticas integrales en las artes que no se centran solo en la exhibición. Una política integral, por ejemplo en teatro, exige acciones de programación de teatro, pero también exige formación, fomento de los grupos amateurs, apoyo a los grupos profesionales que comienzan, etc.

  Durante los años 80, después de la crisis económica, y en el Estado español especialmente porque durante la transición democrática había aumentado de manera importante el gasto en cultura, se comienza a cuestionar que este gasto pueda seguir aumentando indefinidamente. Nace el concepto de gestión cultural, comienza a aparecer el marketing en cultura pero a veces ha olvidado algunas reflexiones.

     En los últimos años se vuelve a hablar en documentos de la UNESCO y en el Consejo de Europa de la necesidad de participación activa de los ciudadanos en las actividades culturales, ahora ya no sólo como derecho, sino como un factor importantísimo de cohesión social. En las sociedades multiculturales en las que estamos y a las que en futuro vamos, las actividades culturales pueden ser un factor necesario para evitar el conflicto social.

  • ·         Principios de la acción:
a)    Hay que hacer una planificación a medio y largo plazo, de carácter integral y partiendo del análisis del contexto.

b)   Hay que trabajar con el no-público y con quien no participa, intentar que llegue a toda la gente.

c)    Hay que desarrollar actividades que faciliten la interacción entre el público y la obra. Debemos lograr que la interacción sea posible, y que el público construya el significado de la obra a partir de su actitud intelectualmente activa. No nos tiene que gustar a todos y a todas lo mismo, debe existir una interacción.

d)  Hay que establecer mecanismos de colaboración con las redes asociativas. La acción pública en cultura debe intentar integrar aquellas propuestas promovidas por la sociedad civil organizada. Debe haber una participación de sociedades como por ejemplo las de música. Hay que facilitar la participación a grupos más minoritarios.

e)    Hay que hacer una intervención cultural desde aquí y ahora.

f)    Hay que promover y defender la diversidad.

g)    La acción en cultura debe surgir de los ciudadanos para llegar después a los visitantes. Debe haber un equilibrio, que puedan aprovecharlo tanto los turistas como los ciudadanos de a pie.

h)  Hay que mantener un espíritu proactivo desde los organismos públicos, hay que arriesgar en la innovación. Las empresas privadas, algunas muy conocidas como `Mercedes´ o `Audi´ sí que apoya proyectos mas clásicos como puede ser la opera, para evitar la crítica. sin embargo, a los grupos experimentales no los patrocinan por la responsabilidad que conlleva hacerlo.

i)     Hay que llegar y potenciar la participación de los diferentes colectivos de ciudadanos.

j)    Hay que recuperar y conservar el patrimonio colectivo, pero también reconceptualizarlo desde el presente con la participación de la comunidad para proyectarlo hacia el futuro. Crear patrimonio, activarlo, tanto de bienes inmuebles, bienes muebles, como patrimonio inmaterial porque eso genera identidad colectiva y de manera indirecta riqueza para la comunidad.

k)    La intervención cultural debe potenciar las posibilidades de expresión de los ciudadanos a través de las nuevas tecnologías. Posibilitar recursos y formación para que todos y todas tengan acceso a las nuevas tecnologías, potenciando así un objetivo fundamental de la acción en cultura, potenciando y ofreciendo medios de comunicación públicos donde puedan expresarse libremente.

l)     Las actividades culturales no pueden ser sólo actividades de ocio. Las administraciones deben centrarse en la gestión cultural de sentido para la vida calificada de los ciudadanos pero no debe ser tarea centra de la administración. Se debe conseguir hacer reflexionar a las personas.


Comentarios

Entradas populares de este blog